15 de febrero de 2007

CUENTO

Porque no todo es política, y me gustaría que vosotros que leeis tan amablemente mis opiniones sobre política conociérais mi afición a escribir, quiero postear aquí uno de los relatos que he publicado en El Arcángel y darlo así a conocer. Os invito a que entreis para ver mis otros post. Gracias.






RELATO I. EL SUEÑO DE ADÁN

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Adán despierta confuso, perdido. ¿Dónde está? Se encuentra en un lugar maravilloso, en un jardín enorme. En el jardín hay alimentos, agua y diversiones. Tiene incluso una casa en lo alto de una montaña. Adán lo inspecciona todo, maravillado. Olfatea con ansia el ambiente, todo está bien. Mira a todos sitios, está solo. De pronto un gigante se le aparece, un gigante cósmico, universal, poderoso. Es Dios. Su Dios. Dios le da la bienvenida. Dios le acaricia. Le dice que todo lo que hay ahí es suyo, que el es el Rey, que de todo es su señor. Además le trae una hembra, una compañera, una esposa, un Reina en definitiva. Y les ofrece de nuevo reinar sobre todo, ser todo. Les ordena que propaguen su prole como Reyes del Todo.
Como única condición, Dios enjaula el jardín del Edén. Los barrotes blancos, impolutos, aparecen del suelo al cielo, encerrándolo todo. La única condición es que no abandonen el jardín, les previene de que encontrarán la muerte. Les dice que tras los barrotes del Edén no hay nada, quizás sólo muerte. Adán y Eva, su compañera, aceptan. Es poco el precio que han de pagar. Y pronto nacen Caín, Abel y Seth, sus dos hijos e hija. Y Adán y Eva son felices.
Entonces Eva está pensativa. Y su marido, maravillado aún por los regalos de Dios, le pregunta qué le pasa.
-Adán, ¿no tienes curiosidad por saber qué hay después del Edén? ¿Qué hay más allá?
Adán queda pensativo. Por fín responde.
-No hay nada. Hay muerte, lo dijo Dios.
-Si hay muerte... entonces hay algo. ¿No crees?
Adán queda pensativo, de nuevo. Se cogen de la mano y se acercan a los barrotes. Tras el Edén, más allá de los confines del mundo en sus albores, se ve una niebla profunda, cósmica, gigante, universal. Todo ella como Dios. Es blanca, y más allá, lejos de la muerte, parece hallarse la eternidad. Y todo esto despierta en Adán una terrible curiosidad. La curiosidad le oprime el corazón. El corazón le oprime el cerebro. El cerebro todos sus músculos. Sus músculos le oprimen los nervios. Y los nervios le oprimen el sueño. En sueños Adán ve que viaja hasta los confines del mundo, más allá, donde encuentra a su Dios, donde él es Dios. Y Adán se despierta y corre, asustado, hasta los barrotes. Y entonces se da cuenta de que Dios les tiene encarcelados. Aún así comprende que no le odia, sigue amando a su Dios. Pero están condenados a ser libres en la esclavitud, a ser esclavos en un reducto de la libertad. Y Adán quiere ir, y volar como las aves, y oír y ver el mundo. Por que su mundo es muy pequeño, porque en su mundo apenas cabe él. Y él necesita saber, él necesita vivir. Y entonces trepa por los barrotes. Adán quiere escapar. Y cree que la mejor forma es por la parte de arriba, y entonces trepa y trepa y se cuelga de los barrotes del techo. Y va aferrándose a ellos hasta el centro, donde hay una trampilla con un orificio pequeño, donde le cabe la cabeza.
Y Adán se asoma en la Eternidad, en el exterior del Edén, en lo que es y no es. Adán se asoma al Dios ancestral, al Dios único. A su Dios. Y entonces se da cuenta, como si de un enorme espejo se tratase lo que hay fuera del Edén, que su piel está cubierta de pelo. Y aún teniendo sólo la cabeza fuera del Edén, descubre que no anda a dos patas, sino a cuatro. Y vé que sus profundos y enteros ojos negros no denotan inteligencia humana, y que sus manos no son tal, sino pequeñas patitas con uñas, inútiles para cualquier herramienta. Y descubre que no tiene nariz, sino hocico. Y vé que no tiene muelas, sino incisivos, dos grandes incisivos que se le salen de la boca. Y Adán vé que tiene bigotes, no de humano, sino de animal. Y Adán descubre, por fín, que no se llama Adán, que no es el primero de nada, que no es ni tan siquiera humano. Adán se libera de su ceguera y descubre que no es humano, que es un hámster. Adán comprende que no se llama Adán, sino Helio. Y Helio vé entonces que su compañera humana no lo es tal, que es otra hámster, y que se llama Kayla y no Eva. Y que sus hijos no son más que ratillas sin pelo, indefensas ratitas sin pelo, retorciéndose como tres gusanos, con más dientes roedores que cuerpo. Y vé que no se llaman Caín, Abel y Seth, sino Helio, Alfons y Halya. Todo a sido un sueño, todo un efímero sueño que se esfuma como el humo del fuego extinto. Y entonces comprende el encierro de Dios, y entonces envidia a Dios. Pero ya no hay vuelta atrás. Su cabeza ha quedado atascada en el orificio, mientras su cuerpo cuelga zarandeándose, desesperado, de la enorme y gigantesca jaula. Y el hámster Helio intenta zafarse, pero el hámster Helio, otrora Rey de Todo, otrora Adán, otrora humano, no puede zafarse de su trampa. Y cada vez le queda menos aire, y cada vez sus debilitados pulmones se llenan menos. Y llama a su Dios, pero su Dios, que no es más que un niño humano, no está para salvarle. Y Helio muere, como mueren todos los que un día soñaron despiertos, como mueren todos los que engañados, vivieron una irrealidad maravillosa y fallecieron en una realidad horrorosa. Y Helio muere, allí colgado.

El Hispánico

Dedicado Helio (05/05/2003 - 27/04/2004), que, como este Adán, murió por un sueño, por conocer que había más allá de su jaula.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy bonito. Enhorabuena!!

Anónimo dijo...

Bonito blog y bonitos relatos (me quedan por leer sólo las 4 primeras entradas). Escribes muy bien, temo engancharme a tu otro blog también ;).

Yo también escribía relatos hace tiempo, aunque siempre fui demasiado vergonzosa como para publicarlo. Quien sabe, puede que algún día te envíe algo para que me des tu opinión.

Anónimo dijo...

Me gusta el ritmo con que está contado, la intriga creciente y el transfondo bíblico. Enhorabuena. También tiene una buena extensión. Ni más ni menos.
Un saludo

El_Hispanico dijo...

¡Gracias a todos! Pues maya, yo encantado, puedes mandarlo a juancarlistas@hotmail.com. De los 4 últimos, empieza primero por el Mito I, es el mejor, y el Mito II no está mal, los 4 están conectados, son continuaciones de la misma historia, pero el III y el IV no me gusta mucho, los hice deprisa y por terminar los mitos y no me quedaron bien, nose , tu veras.
Me alegro que te haya gustado persio. Un saludo ;)

Anónimo dijo...

Bueno, pues ya he terminado de leerlos todos. Lo cierto es que no sabría decirte cual me ha gustado más (ya iré dejando comentarios en cada uno de ellos). Son todos muy buenos.

En cuanto a lo que yo escribía, tras leer lo tuyo he de decirte que lo mío es un poco menos místico. O sería mejor decir menos mítico. Escribí un relato del que me sentía particularmente orgullosa, aunque creo recordar que sólo se lo dejé leer a 2 personas. Si lo encuentro, te lo mando, aunque te adelanto que no tiene nada que ver con héroes de la antigüedad.

Saludos ;)