ABUCHEOS A ZETAPÉ, ¿"URDACI AL INEM"? Soy joven y las pasadas elecciones son las que recuerdo con mayor nitidez. Recuerdo una campaña electoral de fieras, un incansable ZP que nos repetía hasta la saciedad lo mala que era "La Guerra", así, con "La" y en mayúsculas, puesto que pese a haber cientos de otras más cruentas y extensas en el tiempo, sólo la apoyada por la España de Aznar era mala malísima. Después vino el 11-M. No se hablaba de otra cosa: el PP y por tanto el Gobierno ocultaba información sobre la autoría. "PP ASESINOS", llegaron a escribir esos días en la fachada de mi casa por el simple hecho de que mi padre es un conocidísimo militante del PP en esta localidad, nada más. Recuerdo las manifestaciones, los gritos, los insultos al PP. "¡Asesinos!" se oyó mucho salir de la boca de aquellos que en esos días no duraron en calificar así a un Gobierno legítimo y hoy lo maquillan como "izquierda abertzale" a una banda que lleva, efectivamente asesinando, y por la espalda, 40 años. Por último recuerdo esa noche en que España comenzó a cambiar, el 14-M. Zapatero con su risa de tonto (que por cierto después de 2 largos años se la ha borrado y ha envejecido 10 años de golpe) miraba exultante a la multitud congregada en la noche madrileña en Ferraz para aclamar, al que ya sabíamos, V Presidente del Gobierno en la historia de la España democrática... Y entonces lo ví. Lo oí. "¡Urdaci al INEM, Urdaci al INEM!". La multitud socialista lo gritaba. Lo pedía, lo exigía. Se referían como no a Alberto Urdaci Iriarte, director de los servicios informativos de la TVE de Aznar y símbolo de toda la "despreciable manipulación de la derecha". Y cierto es: Urdaci manipuló en varias ocasiones, rozando no, sobrepasando, el nivel de ridículo nacional. Creí tontamente que, quizás, con la llegada de Zapatero al Gobierno de la Nación, al menos se vería obligado a sostener una imparcialidad que su partido denunció inexistente anteriormente, para no ser acusado de lo que acusó él. Me equivoqué: no ha impulsado una televisión de todos los españoles. Claro, también nos taladró la cabeza con su impoluto pacifismo y sus críticas a la Guerra de Irak, pero el señorito se permite enviar tropas a otros muchos países, vamos que digo yo que un arma mata igual en Kabul que en Bagdad, lo mande un presidente de derechas como uno de izquierdas. El caso es que el pasado jueves, 12 de Octubre, Día Nacional de España, estuve viendo el Desfile de las FF.AA. Vi como llegaba Su Majestad, entre aplausos y el cariño de los madrileños, y ví también a Zetapé, bajar del coche entre abucheos. Hasta ahí todo normal, al Rey se le quiere, a este presidente por accidente no. Y menos en Madrid, aquí que no nos vengan con cuentos socialistas después de que somos una región marginada por el Gobierno por el mero hecho de que Esperanza Aguirre sea nuestra presidenta y, encima (¡qué descaro!), nos vaya muy bien. Retomando el hilo de la historia, resulta que pasó todo el desfile y los altos mandatarios se disponían a abandonar Colón para ir al Palacio Real para la recepción oficial que ofrece Su Majestad el Rey. Estaba viendo yo todo ésto, cuando, ya montada la Familia Real en sus respectivos automóviles, empezaron a sonar silbidos y abucheos. Para mí desconcierto, las cámaras de TVE enfocaban al coche del Rey dando la impresión de que el abucheado, el despreciado por el Rey era el monarca. Yo no me lo tragué, "¿los abucheos no vienen de más lejos?", pensé. "La gente que veo está aplaudiendo, no silbando, ¿dónde están los que abuchean?", ¿por qué esperan a que el Rey entre en el coche y no lo abuchean antes de entrar si es lo que pretenden?", medité. Y no sólo eso. Tan hipócrita fue el periodista que narraba el desfile que dijo "No crean que intentamos acallar los silbidos y abucheos, no creo que sean dirigidos al Rey, pero si es así, es síntoma de democracia sana...", sí, pero el muy cerdo no dijo que sabía perfectamente que los abucheos no eran para el Rey, sino para el Presidente. De eso me enteré en las noticias, eso si encajaba. Qué vergüenza... Como publicó ayer en El Mundo Ansón, seguramente Zapatero llamó a los responsables de tal manipulación a Moncloa para pedirles explicaciones. "¡Qué desfachatez, qué caradura!, ¡qué falta de profesionalidad!", les diría nuestro presidente, "¡tontos, os ha faltado enfocarme a mí cuando a él le aplaudían!". |
16 de octubre de 2006
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9 de octubre de 2006
5 de octubre de 2006
La sinrazón de la causa republicana
Payne: «Quien defienda la República en España merece estar en un manicomio» DIARIO ABC. ALMUDENA MARTÍNEZ-FORNÉS ENVIADA ESPECIAL WASHINGTON. El prestigioso hispanista norteamericano Staley Payne calificó ayer de «trance muy complicado» y de «inédito» el momento que atraviesa España y advirtió sobre los desastres que puede traernos el «nuevo movimiento republicano». El historiador recordó que la experiencia republicana en España «ha sido desatrosa, pues la Primera colapsó el país y la Segunda lo dividió en una Guerra Civil». «Si con esta experiencia alguien cree que la República puede ser en este momento una solución para España, merece estar apartado en un manicomio», afirmó, intentando suavizar con sentido del humor su seria advertencia. Payne hizo estas afirmaciones a un grupo de periodistas españoles después de pronunciar una conferencia en la Cátedra Príncipe de Asturias de la Universidad de Georgetown sobre «La España del siglo XXI: logros y retos», en la que hizo un repaso a la historia reciente de nuestro país tras la muerte de Franco y a la que asistió Don Felipe, que se encuentra de visita oficial en Washington. No sólo la izquierda radical El hispanista excluyó de esta tendencia republicana al «hombre de la calle, que no está politizado», y apuntó a «la extrema izquierda, a algún sector del Partido Socialista y a los ex comunistas, la llamada «izquierda hundida»», una minoría que, según explicó, no valora lo que significó la Transición de España a la democracia. En su opinión, «el nuevo movimiento republicano hasta ahora no ha creado grandes dificultades, pero no sabemos qué va a ocurrir en el porvenir, porque pasar de la actual Constitución y de la actual estructura del Estado, instaurar la República o hacer una Segunda Transición será desastroso para España». No obstante, Payne matizó que aunque un cambio drástico de sistema sería catastrófico, «otra cosa es reformar la Constitución, porque toda Constitución es reformable y, a veces, incluso deseable». También se refirió en sus declaraciones al problema del nacionalismo radical, motivado por «la ausencia en la Constitución actual de un techo» que limite la transferencia de competencias a las Comunidades. En este sentido, añadió que conseguir que la estructura del Estado sea «estable» corresponde al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, algo que, en su opinión, «ha funcionado en el caso catalán, pero es mucho más difícil en el caso vasco», ya que implicaría una reforma de la Constitución no modesta, ni marginal y «éste es uno de los peligros» que amenazan a España. Preguntado sobre la incapacidad que demuestran los dos grandes partidos, PP y PSOE, de ponerse de acuerdo sobre temas fundamentales, como la reforma de la Constitución, las autonomías y el terrorismo, Payne quiso ser prudente: «Hay que ver qué propuesta y en qué términos hace el Gobierno y cómo responde el PP. Pero será complicado, sobre todo en el caso vasco, porque hay exigencias enormes que son muy difíciles de satisfacer dentro de los moldes democráticos». Además, aludió al «Gobierno interno del País Vasco» y afirmó que en esta Comunidad «no se respetan los derechos constitucionales, democráticos y civiles como se respetan en el resto de España. Hay un problema de abandono de los ciudadanos del País Vasco. El gobierno de nacionalismo radical, en varios aspectos, restringe los derechos. Este cinismo es un gran problema». Payne, profesor emérito de Historia en la Universidad de Wisconsin-Madison, es autor de numerosos libros sobre España. El último publicado es «El colapso de la República. Los orígenes de la Guerra Civil (1933-36)». |
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