16 de mayo de 2006

¿Es la monarquía una desfasada forma de gobierno o por el contrario una institución que puede desempeñar un gran papel en los albores del siglo XXI?

Centrándonos en la historia moderna europea, no hay quien pueda negar que la democracia moderna nació como Monarquía parlamentaria en Gran Bretaña. Hay quien dice que la monarquía es una institucion gubernamental "anacrónica".

Desde ese punto de vista, está claro que lleva razón. Con los valores de la Ilustración, con la Revolución Francesa y la Rusa, con las liberales del siglo XIX o incluso la Transición Española hemos dejado atrás ese mito de "por la Gracia de Dios". Todo esto, cambia cuando omitimos el término "gubernamental" de institución.

Como bien decimos en España, "el Rey reina, pero no gobierna" y por tanto hemos de enfocar nuestro concepto de monarquía fuera del concepto de gobierno. Hoy en día en las 10 monarquías europeas existentes, Reino Unido, Bélgica, España, Holanda, Luxemburgo, Dinamarca, Noruega, Suecia, Mónaco y Liechtenstein, exceptuando estas 2 últimas, los monarcas cumplen con la función de Jefe del Estado de manera simbólica y con los principales objetivos de servir de árbitro estatal, símbolo de la unidad de la Nación y la permanencia del Estado, "controlador" como Comandante en Jefe de los ejércitos, firma de leyes, nombramiento de embajadores, representación internacional, etcétera.

En España, la democracia plena, plural y tolerante nos ha llegado, por vez primera, con la Monarquía parlamentaria liderada por Juan Carlos I. Muchos hoy mitifican la II República (¿por qué no la primera?) alegando legalidad y democracia. Con ninguna de esas dos características, por el contrario, contó la II República. Ni fue legal, puesto que se proclamó con unos falsos resultados en unas elecciones simplemente municipales ni plenamente democrática, puesto que la derecha fue excluida y perseguida para crear una república enteramente de izquierdas y que, cuando el pueblo eligió a la derecha para gobernar, parte de la izquierda atacó a su propia república con la Revolución de Asturias de 1934.

Juan Carlos I supo conducir en la Transición a España fuera de los oscuros 36 años de dictadura, 3 de guerra civil y 8 de república a un Estado de Autonomías y derechos y libertades nunca antes vistos en España. La Transición y la Constitución de 1978 y sobre todo lo que en sí representan, como sus muchas labores sociales e institucionales, han consolidado tanto a Don Juan Carlos como a Doña Sofía como merecedores de la confianza, afecto y cariño de la gran mayoría de los españoles.

Siendo el Rey la cabeza del Estado, hemos conseguido estabilizar los sucesivos gobiernos, mantener unida la patria y una inmaculada representación internacional. Y es que Su Majestad no sólo es admirado dentro de nuestras fronteras. Desde los demás países, se le considera un símbolo democrático, un rey, o mejor dicho, el Rey que devolvió al pueblo la "voz" popular de la Nación.

¡Viva España, viva el Rey!


El Hispánico

14 de mayo de 2006

¡Bienvenidos!

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¡Saludos!


Bienvenidos todos al lugar de los que, amando nuestra Nación, sintiéndonos españoles hasta la médula y deseando el bienestar de nuestro país, cuyo gobierno intenta dividir, reconocemos el bien que ha hecho por nuestra patria común nuestro monarca, Juan Carlos I de España.

Este es un blog para todos aquellas personas que reconocen y creen en la labor de SS.MM. los Reyes y se posicionan en contra del Gobierno del presidente Rodríguez Zapatero. Principalmente nos declaramos monárquicos, conservadores, demócratas, constitucionalistas, anti zetapé y, ante todo, juancarlistas.

Sean bien recibidos todos aquellos que, no sintiendo un especial "afecto" hacia el Rey, sean leales al sentimiento de España y, por consiguiente, afines con el Movimiento Anti-Zp.

Desde aqui, mi más sincero agradecimiento a Su Majestad el Rey por convertir a España de una dictadura atrasada en una democracia plenamente plural sin perder su espíritu de unión. Gracias por su labor en la Transición Española, gracias por su actuación en el intento de Golpe de Estado de 1981, gracias por su infinitamente pulcra representación internacional y nacional, gracias por su labor de arbitraje... ¡Gracias Majestad!

¡Viva España y viva el Rey!

El Hispánico